A pesar de que no tiene 20 años, como en su primer ciclo en Oriente, los hinchas y la dirigencia albiverde tienen confianza de que Pablo Zeballos podrá devolverles la ilusión de conseguir un título después de casi una década. El goleador paraguayo es el principal refuerzo para este torneo Clausura.
El recuerdo que dejó Zeballos la primera vez que jugó en Oriente, en 2006, son sus 16 goles en 20 partidos, un promedio que en ese entonces enloqueció a los refineros; sin embargo, no pudieron retenerlo porque era un joven futbolistas en ascenso, tanto que luego fue contratado por Cruz Azul, uno de los grandes de México.
No fue fácil su regreso, pero la dirigencia tuvo que esforzarse al máximo en la parte económica, después del fracaso del equipo en al torneo Apertura, en el que no consiguió ni un solo premio internacional. “Estoy feliz de regresar al club que me hizo debutar como profesional, después de 12 años”, apuntó el atacante, que habló cara a cara con DIEZ de sus recuerdos, su experiencia y sus objetivos.
¿Cómo tomaste tu regreso, considerando que Oriente venía buscándolo desde hace tiempo?
Feliz por el recibimiento que he tenido en mi regreso, después de mucho tiempo. Varias veces hubo contacto para volver, pero no se dio. Hace seis meses charlamos con José Ernesto Álvarez (presidente de Oriente) en un resto bar que tengo en Asunción, pero también era difícil porque tenía contrato con Sol de América y quería jugar la Copa Sudamericana con ese club porque es donde me formé como futbolista, así que cumplí ese sueño.
¿Qué se te viene a la mente de 2006, cuando llegaste por primera vez a Santa Cruz y a este mismo club y cuando eras un desconocido en el medio?
Un montón de cosas. Personalmente venía en ascenso porque en Sol de América era el goleador y habíamos ascendido a la primera, luego de ser campeones en la segunda división (en el fútbol de Paraguay). Acá (a Santa Cruz) vine por un periodo corto y la verdad es que nunca imaginé llegar a ser tan querido y respetado por la gente de Oriente, aunque también sé que eso lo gané en los entrenamientos y en los partidos. Llegué como un desconocido; sin embargo, en poco tiempo y con esfuerzo pude demostrar las condiciones que tenía.
Recuerdo que existía una duda grande (para contratarme) en ese tiempo por el pedido que tenía el técnico Víctor Hugo Antelo, que quizás quería un delantero de otras características y con experiencia, pues yo tenía 20 años, así que por eso había dudas por mi desempeño. Pero tuve la fortuna de debutar con un gol, luego marqué en el clásico y después en dos partidos seguidos anotar tres goles, todo fue muy rápido.
Ahora espero volver a alegrar a los hinchas, aunque las cosas son diferentes porque todo cambia. Lo que destaco es que el club está en buenas condiciones, mejoró mucho. Ahora el objetivo es uno solo, ser campeón.
Ya pasaron varios años desde tu primer ciclo en el club. ¿Qué tiene que esperar el hincha albiverde del actual Pablo Zeballos?
Hoy vengo con un recorrido muy importante a nivel personal en mi carrera. En ese entonces tenía 20, ahora ya pasaron 12 años, uno adquiere experiencia con lo bueno y lo malo que pasa en cada etapa de la carrera profesional.
Si bien en ese entonces era más rápido, la idea mía era siempre estar cerca del arco rival, algo que sigo teniendo como prioridad, pero además crecí muchísimo en la parte técnica. Es lógico que con el tiempo uno pierda velocidad, pero siempre están las ganas de dejar todo.
¿Te acordás del clásico cruceño ante Blooming?
Siempre tengo en la mente un gol que hice al minuto 90, empatando el primer clásico que jugué de titular. Después el segundo y el tercero también empatamos y volví a anotar tras un centro del ‘Conejo’ (Juan Carlos) Arce. Ahora que volví se me vinieron todos los recuerdos de mi primer paso por Oriente. Espero que las cosas salgan, no digo igual (como en su primera vez, cuando fue goleador), pero sí de una mejor manera, coronando con un título porque considero que es lo que se merecen los hinchas de un club grande.
¿Podés jugar en otra posición, además de delantero?
Sí, jugando algo más retrasado, pero siempre con la idea de pisar el área. Me gusta mucho que un equipo tenga la posesión de la pelota que genere ocasiones de gol, también que maneje los tiempos.
El hecho de haber jugado de nueve o de diez, media punta o segunda punta, eso es algo que se lo va manejando dentro de un partido. Hoy puedo decir que lo único que me gusta es estar siempre en contacto con el balón, pero siempre pisar el área rival, porque así crecí en mi carrera.
¿Por qué la 10 y no la 9?
Todo empezó cuando yo usaba la 9 en Cerro Porteño y en Olimpia había asumido como presidente un ‘Loco lindo’, como le decíamos (a Marcelo Recanate), que revolucionó el fútbol paraguayo con mi contratación, ya que venía de ser goleador de Cerro Porteño y me había declarado hincha cerrista. Yo había dicho que era complicado pasar a Olimpia, pero bueno llegó una buena propuesta futbolística y económica y las cosas se dieron para que vaya al rival de siempre. Fue un paso importante. Él (Recanate) tenía la idea de cambiarme el número 9, por el 10 debido a la historia que tiene este número en Olimpia y consideraba que yo era un jugador que podía portar esa camiseta tranquilamente. Desde ese entonces me apodó ‘PZ 10’ y quedó como una marca registrada, de hecho el nombre de mi bar es ‘PZ 10 Resto Bar’. La gente disfrutó mucho y me tomó un gran cariño.
¿Cómo ves y analizás el plantel que tiene Oriente para disputar los primeros lugares del torneo Clausura?
Creo que se está en una etapa ascendente, pero obviamente hay que saber llevar los procesos; sin embargo, los procesos se dan con buenos resultados porque si no es muy difícil soportar en un club donde hay mucha presión. Más allá de todo, la gente tiene que estar tranquila porque nosotros vamos a trabajar para conseguir los objetivos, eso lo tenemos muy claro como profesionales y también como grupo.
¿Qué impresión tenés del técnico Llop en el poco tiempo que llevás trabajando bajo su mando?
Bueno, todos conocemos que es un entrenador que sabe, ha trabajado en muchos equipos y con grandes jugadores, así que pienso que podrá manejar el grupo acorde de lo que tiene dentro de su plantel. Lo que ve en cada jugador, en los aspectos positivos.
Es muy difícil para un entrenador elegir once de treinta jugadores, entonces todos tenemos que ayudar y pelear por un puesto y tratar de darle ese dolor de cabeza al profesor, que seguro lo tendrá cuando vea un plantel muy competitivo. Eso es siempre positivo.
¿Qué fútbol o qué clubes te marcaron en los años que va de tu carrera?
Pase muy buenos momentos en equipos muy importantes como en Atlético Nacional, Botafogo, Olimpia y Cerro Porteño y también de Emelec, aunque no tuve mucha continuidad. Lo que me ha marcado en estos equipos (por los estilos de juego) es que aprendí a generar espacios en la cancha y que un equipo ataca y defiende con la pelota. Además aprendí a manejar los tiempos porque no hay nadie que juegue a un mismo ritmo todo el encuentro. Cuando uno es joven quiere llevarse todo por delante, pero después vas aprendiendo que hay que manejar los tiempos y eso es clave.
¿Qué equipos tenían lo que decís?
El Atlético Nacional y el Botagofo, porque tratan de implementar el juego bonito. El Atlético, de Juan Carlos Osorio (DT de la selección de México en el Mundial de Rusia 2018), que es un gran entrenador, le gusta mucho la posesión, más allá de que implementa mucho el tema de las rotaciones por la idea que tiene.
En Sol de América, por ejemplo jugué, más retrasado y el juego siempre pasaba por mí, aunque trataba de llegar al gol.
¿Además del fútbol a qué se dedica Zeballos?
Cuando empecé a jugar una de mis metas era darle una casa digna a mi madre, aunque nunca nos faltó un techo y el pan de cada día. Y lo cumplí, le compré una casa grande. Luego formé mi familia, como es normal en una persona que va creciendo. Con el tiempo me fue gustando el tema de la ganadería, también me metí al alquiler de inmuebles y ahora tengo un resto bar. Poco a poco vamos invirtiendo, pero lo primero ahora es el fútbol. Cuando uno invierte debe controlar personalmente los negocios, por lo menos así pienso.
Ahora pienso que cuando deje el fútbol quiero ser entrenador, pero vamos a ver qué pasa cuando llegue el momento.
¿En qué equipo soñaste retirarte?
No lo pensé todavía. Volví a Sol de América, que fue el equipo que me vio nacer, y lo hice en plenitud porque estaba con 31 años. El hecho de estar acá, en Oriente, también es importante porque debuté profesionalmente.
Sé que en el fondo el hincha de Cerro Porteño me tiene un cariño, pero está molesto por la decisión de haber jugado en el rival de siempre, sin embargo, si se da la posibilidad sería lindo para mí, más que nada por un sentimiento hacía ese club y también por mi padre, que ya falleció y que era un enfermo fanático de Cerro, al igual que toda la familia.
¿Qué podés prometer a los hinchas de Oriente, que hace mucho tiempo no festejan un título nacional?
Brindar todo lo mejor en cada partido y que, junto a mis compañeros, vamos a buscar colmar la ilusión de ser campeones. Ese es objetivo.
¿Cómo has visto Santa Cruz, después de 12 años?
Mucho mejor, la ciudad está más linda de lo que era. Estamos disfrutándola y eso ayuda a una rápida adaptación porque además es muy parecido a Asunción, así que es como estar en casa.
Fuente: DIEZ