Qué pena por el ‘Maestro’

Qué pena por el ‘Maestro’

Con toda la buena voluntad y el carisma que le caracteriza, al margen de las buenas intenciones y el amor por sus colores de toda la vida, se tiró el hombre a la piscina; le aseguraron que estaba llena y que podría nadar... y nada...de nada, a la hora cierta nada de nada, se esfumó el agua y Chichi quedó en el desierto, solo, con sed. Sí, con seguridad que tiene sed, pero de aquella que quiere sanamente saciar con trabajo, y del bueno, con trabajo por su club, seguramente con mucha dedicación y esmero a toda prueba.
Del exdiez no se puede dudar, él quiso hacer y lo ilusionaron, lo empujaron y también lo usaron. Es probable que por intereses personales la figura emblemática del mejor jugador del fútbol boliviano de todos los tiempos trató de ser aprovechada, y de qué manera. Erwin Romero tiene historia en Oriente y muy rica, si aquella mina no fue explotada de mejor manera será porque los ‘explotadores’ se equivocaron y eligieron un inadecuado momento para dar el salto. La incógnita es saber quién está detrás de todo. Lo cierto es que se desgastó una figura y persona que no lo merece, que bien intencionada como es, solo buscó dar de sí lo mejor. Qué pena Chichi, quienes te conocemos y tenemos la suerte de contar con tu amistad, lo sentimos.
A futuro podría darse otra chance para quien quiere seguir ligado al fútbol, no haciendo goles y menos gambetas; no colgando la pelota en el ángulo en cada tiro libre, pero sí transmitiendo experiencia desde una función adecuada. Vamos maestro, que la vida sigue y hay que mirar al frente; si tus alumnos no hicieron bien la tarea es culpa suya y no vas a permitir que aprueben con buena nota, hay que aplazarlos.
Y si de frente se trata, Choco Antelo presentó el suyo para las elecciones del 17, con gente que vuelve para sumar y dar el gran salto; con gente que puede ser valiosa en la búsqueda de engrandecer a su club, con objetivos claros y con la premisa de alcanzarlos no importando el sacrificio que se deba hacer. // Mario Flores

Fuente: El Deber