Una caída sin dolor

Una caída sin dolor

Oriente hizo anoche méritos para conseguir un buen resultado ante La Paz FC en la sede de gobierno; sin embargo, terminó perdiendo con el solitario gol de Fabián Cuéllar a los 9 minutos. Es cierto, la actitud del equipo que armó Carlos Ramacciotti fue de ir siempre para el frente, no obstante, su debilidad fue carecer de eficacia para llegar al gol.

El partido. Fue entretenido y de mucha entrega porque La Paz FC maquilló sus limitaciones con ganas y mucho desgaste físico. Ante esta respuesta, el equipo refinero se complicó al principio, aunque esta vez jugó sin la mitad de sus titulares (presentó diez bajas entre lesionados y suspendidos), lo cual hizo que Ramacciotti incluya a Schiapparelli de titular, asimismo, en el once a jugadores de la Primera A como es el caso de Jonatan Delgadillo, Aldo Velasco y Robert Herrigorri, quienes batallaron al igual que sus compañeros. De todas formas, la única conquista del dueño de casa llegó cuando la visita se acomoda al terreno. Un descuido defensivo permitió que Daniel Chávez se internara por izquierda y desde muy cerca de la línea de salida logre un pase atrasado hacia Cuéllar quien con remate preciso y alto venza a Alex Arancibia.

Mojica y los tiros libres. En el complemento, el entrenador de Oriente se la jugó con los jóvenes que llevó a la sede de gobierno. No desentonaron, porque el control de la pelota la tuvo siempre Oriente, pero al equipo le siguió faltando contundencia ofensiva más allá que Gualberto Mojica, el conductor y el mejor jugador del cuadro albiverde, haya estrellado dos veces la pelota en el arco de David Torrico.

¿Si entraban?, seguro que Oriente empataba y hasta tenía para ganar, sin embargo, tuvo que masticar nomás la bronca por la derrota, que no le causa problema porque ya está clasificado y además sigue líder.

"Este partido no pudimos empatarlo porque pesaron las bajas.
El domingo será diferente, ya que la idea es mantener el primer lugar en la tabla".

C. Ramacciotti
Entrenador de Oriente Petrolero

Fuente: El Día