‘Maradonita’ Medrano
Su vida estuvo ligada al fútbol desde niño. Su papá, don Orestes Medrano, era encargado de cuidar y darle vida a la cancha Bombonera; un apasionado por el fútbol. En esa antigua cancha del barrio Villa San Luis nació y creció José Luis Medrano. Ahí empezó a dar sus primeros pasos. A unos metros de su casa, el club San Martín reclutaba chicos y jóvenes de esa zona en busca de nuevas promesas y hasta ahí llegó ‘Ñeco’, conocido con ese apodo por sus amigos y admiradores. El reverendo Enrique Bujold y Eduardo Guilarte, fundadores de este histórico club, lo adoptaron como a un hijo más.
San Martín disfrutó poco su talento porque rápidamente empezó a deslumbrar en partidos de la ACF hasta que Oriente Petrolero compró su ficha finalizando 1985. Tenía 17 años cuando el DT Roberto Mariani y el dirigente Carlos Valverde sellaron su incorporación al equipo albiverde.
En 1986, volviendo del torneo Juventud de América realizado en Colombia, empezó a buscar un puesto de titular en el equipo profesional. Por esos años Oriente estaba colmado de figuras como Rómer Roca, Marciano Saldías, Roberto Brunetto, Erwin Romero, Celio Alves, Víctor Hugo Antelo, Carlos da Silva y otros. No era fácil romper semejante estructura.
Sin embargo, poco a poco fue alternando en partidos de la Liga hasta que, en una caliente jornada de clásico, el DT Jorge ‘Cajeta’ Justiniano lo hizo debutar frente a Blooming, en 1987. Esa temporada Oriente se clasificó a la Copa Libertadores de 1988, con Medrano como titular indiscutible, haciendo historia con un glorioso plantel que llegó a tocar las puertas del cielo. Fue el primer equipo boliviano en clasificarse para una tercera fase, con el uruguayo Wálter ‘Cata’ Roque al mando.
Después vinieron muchos clásicos más, partidos internacionales ante equipos de peso, como Boca Juniors y River Plate, convocatorias a selecciones nacionales, participaciones en torneos internacionales y un sinnúmero de viajes al exterior. Fue objeto de múltiples reconocimientos y entrevistas, y sus fotos adornaron muchísimas portadas de diarios y revistas deportivas de esa época. El reconocido caricaturista cruceño Belicoso le dedicó uno de sus trabajos y lo bautizó, además, como ‘Maradonita’ Medrano.
De un fútbol pausado, inteligente, hábil para meter pelotazos al vacío y de una genialidad que marcaba diferencia, Medrano se convirtió en una especie de ídolo y referente del equipo albiverde durante la década que estuvo ahí. En 1996 jugó su último año en Oriente para pasar al año siguiente a Real Santa Cruz. Luego paseó su fútbol por Guabirá, San José y Atlético Pompeya, para terminar su carrera en 2002, donde empezó. No quería irse del fútbol sin antes ponerse por última vez la camiseta del equipo que lo lanzó a la fama. San Martín jugaba en el torneo de la Primera A y el DT era Arturo García, un conocido suyo.
Al poco tiempo surgió la posibilidad de viajar a Estados Unidos para disputar un torneo internacional por invitación y desde entonces no volvió más. Han pasado casi diez años desde entonces y la magia de Ñeco Medrano se mantiene vigente, pese a haber superado la barrera de los 40 años.
En Manassas fue campeón jugando para Racing en una liga semiprofesional de fútbol para latinos, junto a varios exfutbolistas bolivianos, siendo reconocido como figura del campeonato por su talento y lealtad. También jugó en varios equipos de la liga de bolivianos, en Arlington (Virginia), como Oriente Petrolero, Guabirá, y Punata; actualmente está ligado a Destroyers, donde tiene como compañero de equipo a Mario Pinedo, un contemporáneo suyo.
José Luis Medrano Aguilera nació el 16 de mayo de 1968. Sus padres son Orestes Medrano (+) y Augusta Aguilera y es el segundo de ocho hermanos. Se formó en San Martín, pero su etapa más gloriosa la vivió en Oriente, equipo del que se declara hincha.
Vive en Estados Unidos desde 2002 donde trabaja en la empresa Accent Metal, dedicada a la construcción. Tiene una hija de 11 años, María José.
Fuente: El Deber
San Martín disfrutó poco su talento porque rápidamente empezó a deslumbrar en partidos de la ACF hasta que Oriente Petrolero compró su ficha finalizando 1985. Tenía 17 años cuando el DT Roberto Mariani y el dirigente Carlos Valverde sellaron su incorporación al equipo albiverde.
En 1986, volviendo del torneo Juventud de América realizado en Colombia, empezó a buscar un puesto de titular en el equipo profesional. Por esos años Oriente estaba colmado de figuras como Rómer Roca, Marciano Saldías, Roberto Brunetto, Erwin Romero, Celio Alves, Víctor Hugo Antelo, Carlos da Silva y otros. No era fácil romper semejante estructura.
Sin embargo, poco a poco fue alternando en partidos de la Liga hasta que, en una caliente jornada de clásico, el DT Jorge ‘Cajeta’ Justiniano lo hizo debutar frente a Blooming, en 1987. Esa temporada Oriente se clasificó a la Copa Libertadores de 1988, con Medrano como titular indiscutible, haciendo historia con un glorioso plantel que llegó a tocar las puertas del cielo. Fue el primer equipo boliviano en clasificarse para una tercera fase, con el uruguayo Wálter ‘Cata’ Roque al mando.
Después vinieron muchos clásicos más, partidos internacionales ante equipos de peso, como Boca Juniors y River Plate, convocatorias a selecciones nacionales, participaciones en torneos internacionales y un sinnúmero de viajes al exterior. Fue objeto de múltiples reconocimientos y entrevistas, y sus fotos adornaron muchísimas portadas de diarios y revistas deportivas de esa época. El reconocido caricaturista cruceño Belicoso le dedicó uno de sus trabajos y lo bautizó, además, como ‘Maradonita’ Medrano.
De un fútbol pausado, inteligente, hábil para meter pelotazos al vacío y de una genialidad que marcaba diferencia, Medrano se convirtió en una especie de ídolo y referente del equipo albiverde durante la década que estuvo ahí. En 1996 jugó su último año en Oriente para pasar al año siguiente a Real Santa Cruz. Luego paseó su fútbol por Guabirá, San José y Atlético Pompeya, para terminar su carrera en 2002, donde empezó. No quería irse del fútbol sin antes ponerse por última vez la camiseta del equipo que lo lanzó a la fama. San Martín jugaba en el torneo de la Primera A y el DT era Arturo García, un conocido suyo.
Al poco tiempo surgió la posibilidad de viajar a Estados Unidos para disputar un torneo internacional por invitación y desde entonces no volvió más. Han pasado casi diez años desde entonces y la magia de Ñeco Medrano se mantiene vigente, pese a haber superado la barrera de los 40 años.
En Manassas fue campeón jugando para Racing en una liga semiprofesional de fútbol para latinos, junto a varios exfutbolistas bolivianos, siendo reconocido como figura del campeonato por su talento y lealtad. También jugó en varios equipos de la liga de bolivianos, en Arlington (Virginia), como Oriente Petrolero, Guabirá, y Punata; actualmente está ligado a Destroyers, donde tiene como compañero de equipo a Mario Pinedo, un contemporáneo suyo.
José Luis Medrano Aguilera nació el 16 de mayo de 1968. Sus padres son Orestes Medrano (+) y Augusta Aguilera y es el segundo de ocho hermanos. Se formó en San Martín, pero su etapa más gloriosa la vivió en Oriente, equipo del que se declara hincha.
Vive en Estados Unidos desde 2002 donde trabaja en la empresa Accent Metal, dedicada a la construcción. Tiene una hija de 11 años, María José.
Fuente: El Deber
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