Se quebró el guerrero
Schiapparelli no pudo controlar su emoción, luego de escuchar su nombre como el ganador del Premio Mayor 2010.
Es el primer extranjero que lo recibe. Lo vimos peleando balones, derrochando garra y coraje, y festejando títulos, pero nunca derramando lágrimas como anoche. La velada de ayer fue muy especial para el zaguero argentino Alejandro Schiapparelli, pues se convirtió en el primer extranjero que se lleva el Premio Mayor que ayer entregó EL DEBER al mejor futbolista de la temporada pasada.
El clima de tensión se podía respirar en el salón Pedro y Rosa, todos se miraban y especulaban, mientras la música de ambiente se elevó con intensos redobles de tambor. Al bajar el volumen, Reyes Seleme tenía que revelar el nombre del ganador.
Para casi todos fue un momento de gran expectación, pero para los tres nominados, Schiapparelli, Roberto Galindo y William Ferreira, fueron eternos segundos de cosquilleo en el abdomen; con la mirada perdida y los oídos ecualizados hacia el maestro de ceremonia. ¡Alejandro Schiapparelli!, gritó Seleme, mientras el elegido se cubrió el rostro con las manos y agachó la cabeza, descargando toda la tensión e intentando, sin éxito, contener las lágrimas.
Su esposa fue la primera en felicitarlo, con un beso, matizado con los aplausos de todo el salón. ‘Schiappa’ llegó al escenario ayudado por sus muletas, donde recibió el Premio Mayor de manos del director ejecutivo de EL DEBER, Pedro Rivero Jordán.
Su emoción era evidente ya que cuando tomó el micrófono para agradecer por su elección, su voz se quebró y le costó disimular sus lágrimas. “Es el máximo galardón que recibí en mi carrera deportiva, estoy muy agradecido con los bolivianos, que me recibieron como en casa. Siempre me sentí cómodo aquí. Galindo y Ferreira también se merecen este premio, por el buen trabajo que realizan”, dijo Alejandro.
El público lo aplaudió de pie y él no encontró formas para agradecer el momento inolvidable. “Esto no lo voy a olvidar nunca más en mi vida. Tenía mucha ilusión y gracias a Dios me tocó a mí; es un incentivo para mejorar día a día. Mi lesión es el momento más duro en mi carrera, pero este premio me alivia. Me vienen a la mente tantos recuerdos de sacrificios, caídas y levantadas; cosas que no las saben todos. Ahora sí sé que vale la pena estar lejos, metiéndole duro todos los días”, comentó a los medios el jugador albiverde.
Luego, al llegar a su mesa, le llovieron las felicitaciones, como la de sus compatriotas el delantero de Blooming Hernán Boyero y el técnico de la selección, Gustavo Quinteros. Schiapparelli agradeció a este último, por haberlo traído de Argentina y haber confiado en él durante todo este tiempo. Fue una noche inolvidable para el guerrero del área.
Es el primer extranjero que lo recibe. Lo vimos peleando balones, derrochando garra y coraje, y festejando títulos, pero nunca derramando lágrimas como anoche. La velada de ayer fue muy especial para el zaguero argentino Alejandro Schiapparelli, pues se convirtió en el primer extranjero que se lleva el Premio Mayor que ayer entregó EL DEBER al mejor futbolista de la temporada pasada.
El clima de tensión se podía respirar en el salón Pedro y Rosa, todos se miraban y especulaban, mientras la música de ambiente se elevó con intensos redobles de tambor. Al bajar el volumen, Reyes Seleme tenía que revelar el nombre del ganador.
Para casi todos fue un momento de gran expectación, pero para los tres nominados, Schiapparelli, Roberto Galindo y William Ferreira, fueron eternos segundos de cosquilleo en el abdomen; con la mirada perdida y los oídos ecualizados hacia el maestro de ceremonia. ¡Alejandro Schiapparelli!, gritó Seleme, mientras el elegido se cubrió el rostro con las manos y agachó la cabeza, descargando toda la tensión e intentando, sin éxito, contener las lágrimas.
Su esposa fue la primera en felicitarlo, con un beso, matizado con los aplausos de todo el salón. ‘Schiappa’ llegó al escenario ayudado por sus muletas, donde recibió el Premio Mayor de manos del director ejecutivo de EL DEBER, Pedro Rivero Jordán.
Su emoción era evidente ya que cuando tomó el micrófono para agradecer por su elección, su voz se quebró y le costó disimular sus lágrimas. “Es el máximo galardón que recibí en mi carrera deportiva, estoy muy agradecido con los bolivianos, que me recibieron como en casa. Siempre me sentí cómodo aquí. Galindo y Ferreira también se merecen este premio, por el buen trabajo que realizan”, dijo Alejandro.
El público lo aplaudió de pie y él no encontró formas para agradecer el momento inolvidable. “Esto no lo voy a olvidar nunca más en mi vida. Tenía mucha ilusión y gracias a Dios me tocó a mí; es un incentivo para mejorar día a día. Mi lesión es el momento más duro en mi carrera, pero este premio me alivia. Me vienen a la mente tantos recuerdos de sacrificios, caídas y levantadas; cosas que no las saben todos. Ahora sí sé que vale la pena estar lejos, metiéndole duro todos los días”, comentó a los medios el jugador albiverde.
Luego, al llegar a su mesa, le llovieron las felicitaciones, como la de sus compatriotas el delantero de Blooming Hernán Boyero y el técnico de la selección, Gustavo Quinteros. Schiapparelli agradeció a este último, por haberlo traído de Argentina y haber confiado en él durante todo este tiempo. Fue una noche inolvidable para el guerrero del área.
Fuente: El Deber
1 comentarios:
Grande Gringo!!!
28 de abril de 2011, 14:07sos un boliviano más.
Dios te bendiga.
gracias por mostrar disciplina y buen comportamiento
(además de lo deportivo)
y gracias por jugar en Oriente, nunca te vayás.
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