DESAFINÓ
Oriente venía a toda orquesta, deleitando con sus actuaciones, pero anoche se le extravió la partitura y desentonó, no pudo mantener su esplendor. Esta vez la orquesta no funcionó como tal, desafinaron sus mejores solistas y no hubo quien ordenara los papeles para que la función terminara con el brillo, el deleite y la algarabía de otros recitales brindados en el Tahuichi Aguilera. Al público, acostumbrado (¿mal acostumbrado?) a disfrutar y aplaudir las virtudes del conjunto y el virtuosismo individual, no le gustó la opaca actuación, por eso canjeó los aplausos por algunos reproches que tuvieron como destinatarios a todos, solistas y director de orquesta. Pero también hubo algo que influyó en la actuación desafinada y que tuvo que ver con una estrategia bien definida por alguien, en esta jornada en la que el publico acabó desilusionado, con las cajas destempladas. Entre Eduardo Villegas y sus jugadores se encargaron de que este Universitario, que para muchos, a priori, bien podía oficiar de "telonero" por no estar a la altura del líder, no fuera el pato de la boda y le aguara la fiesta al archifavorito. La "U" se la puso difícil a Oriente agrupándose bien, asfixiando en la marca, siendo férreo en su zaga central, con los argentinos Aguirre y Marchesini, expeditivos y sólidos, como puntales, y un sólido Liendo, inteligente para imponer su oficio en un sector vital como el mediocampo, donde por lo general el local saca ventaja con su técnica. Los talentosos volantes y habilidosos delanteros albiverdes se vieron envueltos en la maraña capitalina y acabaron fracasando, una y otra vez, en el intento de continuar con su "gira" triunfal. Por eso, esta vez la despedida no fue con aplausos.
Fuente: Once a Once
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