Oriente Petrolero humilla y golea a Cholivar nuevamente

Oriente Petrolero humilla y golea a Cholivar nuevamente

No es difícil explicar lo que le ocurrió a Bolívar anoche en el Tahuichi, la paliza recibida a manos de Oriente Petrolero (6-0), que unos días antes se animó a ‘cantar’ el técnico albiverde Cuffaro Russo.

Es que las diferencias saltan a la vista desde hace rato, porque mientras Oriente tiene un equipo bien configurado —para nuestro medio, cabe anotarlo, porque a nivel internacional aún está lejos—, Bolívar cuenta con un puñado de jugadores que colectivamente todavía no funcionan y que individualmente están lejos de su mejor desempeño.

Le tenía que ocurrir, tarde o temprano, a un equipo que descuida su preparación —justo antes de un choque vital como el de ayer— y sufre la ausencia, durante diez días, de su técnico, en pleno carnaval, cuando ese lapso de tiempo —ese paréntesis liguero— pudo haber sido bien aprovechado para trabajar en lo que realmente necesita el equipo y que es bastante, como lo reconocieron en su momento los propios celestes. ¿O acaso Bolívar estaba funcionado —antes de la goleada— como un reloj suizo?

Y ese descuido tiene que ver también con lo que Bolívar hace —o más bien deja de hacer— cuando Hoyos está al frente. Y para muestra basta un botón: En la ‘era’ de Ángel Guillermo no hubo ni una sola práctica de fútbol, de aquellas en las que un técnico pone a 11 contra 11 y los manda a jugar. Esos ensayos —lejos del ‘espacio reducido’ tan común hoy en día, del cual el DT es muy afecto— que a los jugadores les podría permitir poner en práctica la charla previa y corregir los errores si los cometieran en esa circunstancia específica. Bolívar hoy por hoy es —y no hace falta que las puertas de sus ensayos se abran para saberlo— un plantel que maneja una realidad en las prácticas, diferente a lo que suele suceder en los partidos.

Si no hubo un partido —sólo uno— que ganara convenciendo por sus argumentos futbolísticos y vivió de los resultados que en varias ocasiones fueron benévolos con su producción (“Gracias a Dios estamos en la punta”, se animó a decir en una conferencia de prensa el argentino Frontini), ayer le tocó pasar un duro momento que lo acercó a su realidad, porque —ojo con ello— no fue un tropiezo de esos que le pueden ocurrir a un equipo, sino una fuerte cachetada que —bien asumida— debería provocar, minimamente, un replanteo de las cosas que se están haciendo.

Oriente lo pasó por encima al cuadro académico desde que a los 30 segundos le llegó por primera vez con peligro a una defensa más débil que nunca.

Como Pedro por su casa el albiverde se metió en el área a los 15 minutos y Saucedo anotó el primer tanto, cabeceando solo a las espaldas de los zagueros.

La expulsión del Nacho García —la segunda en este torneo— a los 20 minutos, podría ser utilizada como una excusa para lo que vino después, pero esa desventaja —bien resuelta por otros equipos en circunstancias similares— tuvo que haber sido subsanada de alguna forma, a sabiendas, además, del calibre que emana del medio campo adversario.

Un notable pase de Aguirre —al vacío, a las espaldas de los rivales—, hizo que, con gran definición, Saucedo convirtiera el segundo (24’), y a esas alturas ya era para temer —de parte de los celestes— lo peor.

Esa defensa abierta volvió a sufrir a los 33’ con un pase de Vaca, para que una vez más Saucedo ‘vacunara’.

Bolívar hacía algún intento esporádico (Lizio, por ejemplo), pero nada que provocara un cambio de la historia.

En su noche, Saucedo hizo el cuarto con lujo incluido (a los 7’ del segundo período) y vinieron dos tantos más, uno de Vaca —el quinto a los 14’— y otro de Peña —el sexto a los 17—, para que Oriente igualara la goleada que le había propinado a La Paz FC en la primera fecha del certamen.

Según Cuffaro Russo, hubo a partir de ahí —con muchos minutos aún por jugar— un relajamiento lógico, pero además ‘cierto respeto’ por el adversario, como dando a entender que sus muchachos no quisieron meterle más goles a su oponente.
Y la sensación fue precisamente esa, que Oriente Petrolero optó por quitar el pie del acelerador después de haberse metido no sólo los tres puntos en el bolsillo, que lo devuelven a la punta como único líder del torneo; sino con la íntima satisfacción de haberle hecho media docena al equipo con mejor historia en el fútbol boliviano.

El 2004, Oriente goleó 9-0

Un nuevo 6-0
La más grande goleada de Oriente a Bolívar ocurrió el 15 de diciembre del 2004, cuando los celestes presentaron en Santa Cruz un equipo juvenil, y los dueños de casa ganaron 9-0.

Pero otra goleada no tuvo peros... Se produjo el 1 de octubre del 2006, por 6-0. Aquel domingo hubo dos goles de Thiago Leitao, tres de Pablo Zeballos y uno de Martín Palavicini.

CUATRO DE SAUCEDO
Al margen de ser un claro goleador del campeonato liguero (10 goles) Mauricio Saucedo totaliza 38 en su carrera liguera.
Ayer hizo cuatro en un solo partido, uno más que Diego Cabrera (Aurora) que le hizo tres a Nacional Potosí.

Cuffaro Russo:
‘Quedé corto, le hicimos dos más’
Después de la derrota ante Junior dije que nadie tendría que extrañarse si le hacíamos cuatro goles a Bolívar, quedé corto porque le hicimos dos más. Es que tenemos un buen equipo. Ganar de esta manera a un Bolívar de peso me da mucha tranquilidad.

Joselito Vaca:
‘Es el producto del buen juego’
El equipo se dio al máximo en la defensa, en el medio y en el ataque. Oriente dominó el encuentro. Producto del buen juego se marcaron los seis goles que nos mantienen en la punta. Ahora tenemos que prepararnos para otro partido duro en Montero.

Guido Loayza:
‘No debemos actuar como hinchas’
Fue un partido lamentable. Bolívar jugó muy mal y Oriente muy bien, y ganó merecidamente. Vamos a hablar con el técnico y los jugadores, vamos a analizar. Los hinchas tienen todo derecho de protestar, pero nosotros no debemos actuar como hinchas.

Edemir Rodríguez:
‘Oriente aprovechó al máximo los errores’
Oriente aprovechó al máximo los errores que tuvimos. Además, jugamos con un hombre menos desde los 20 minutos, eso afectó. Esto es fútbol y nos tocó perder hoy, ahora tenemos que mirar hacia adelante para recuperarnos y seguir en lucha.

Fuente: La Razón